“Cultivemos sobre cenizas”: huertas familiares para damnificados de los incendios


Medio centenar de familias damnificadas por los incendios en las regiones de O’Higgins y Maule recibirán apoyo para implementar huertos tecnificados. El propósito es ayudarlos a pasar el invierno y luego afianzar de manera permanente su vínculo con el cultivo de alimentos.


La iniciativa nació de La Mano Verde, con el apoyo de la ONG Lab Social –que colabora con la recaudación y emisión de certificados–, y la participación de Desafío Levantemos Chile en el trabajo en terreno.

–Cuando vimos lo que pasaba en el sur –explica Juan Pablo Benavente, de La Mano Verde–, nos dimos cuenta de que había que ayudar de alguna manera. Y decidimos hacer lo que mejor sabemos en nuestra empresa familiar, que es crear unidades productivas para las familias. Mi equipo de gente se ofreció de inmediato como voluntariado. Hablamos con proveedores y compañías cercanas, encontrando con un gran espíritu de colaboración, la respuesta fue buenísima.

Desafío indica las personas que pueden ser beneficiadas, privilegiando grupos vulnerables que estén en un entorno rural, dado que la huerta necesita un espacio mínimo para implementar uno o más de los tres módulos posibles:

-Hortalizas: 20 metros lineales de mesa con fertirriego por goteo y mulch.

-Frutales: 9 unidades (pomáceas, cítricos, carozos), también con fertirriego.

-Nativos: 5 a 10 árboles autóctonos sin riego.

Mi Huerto Web va a apoyar comercializando los excedentes de producción que logren las familias. SQM aporta fertilizantes de la línea Ultrasol para fertirriego, y asesoría. Eurodrip entrega los 50 kits de riego para las hortalizas y frutales. Los Olmos contribuye con las hortalizas y las pomáceas. Rosario llevará un camión con Bio Fert. Procort dará el sustrato vegetal que produce y tiene una sensibilidad muy especial con el tema, porque es de la región del Maule y perdió cientos de hectáreas de bosque con los incendios. Protekta donará filmes plásticos para mulch. Desafío además va a aportar el cercado de los huertos.

Se necesita financiamiento adicional para adquirir insumos como el petróleo de las cuadrillas o el arriendo de tractores y motocultivadoras locales, ejemplifica Benavente. También se requiere alojamiento y alimentación para los voluntarios en las localidades donde se va a trabajar, así como personas que puedan facilitar movilización en terreno y actuar como jefes de cuadrillas. Por otra parte, la idea no se queda en una entrega inicial, sino que se apunta a mantener el apoyo y el monitoreo hasta que los beneficiados por el proyecto se encuentren capacitados. En consecuencia, las contribuciones adicionales son bienvenidas.

–El agro está ayudando a la gente vulnerable en las zonas rurales –concluye Juan Pablo Benavente–, que son las mismas personas que trabajan en los campos. Esto permite acercarlas a la tierra, pero ya no como un trabajo, sino como una forma de vida. Yo creo que proyectar esto puede ser súper bueno para la interrelación agro-comunidad.

Fuente: www.lamanoverde.cl/ayuda - ayuda@lamanoverde.cl

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